Cae un telón de lágrimas celestes, quién sabe si auguran alegría o desdicha, que cierra un acto de vida y da comienzo otro.

Lucen velados en plata la mujer póquer y sus besos a la deriva.

Ovalada tierra paradisíaca de oro perlado con gemelas e irisadas incrustaciones esmeralda y esponjosos y tentadores fortines de rubí custiodiados por erguidos guardianes nacarados, enmarcada por una ondulada y resplandeciente cascada de ónice.

Cenicero lleno de propios y extraños.

Camina a mi lado, blanca, reluciente, con el mentón por delante y los ojos cerrados, cargando pilas con el sol a través de su escote. Y sonríe, pero no sonríe; es la forma de su cara.

Abres la boca y sólo se oye ruido blanco.

Tantas cicatrices en tu piel como errores por cobardía y debilidad cometidos. Tantas marcas por no defender tu instinto de bienestar, tanta nostalgia falsa por falsas ilusiones de quitaypon. Tanta admiración como falta de criterio. Tanta mirada zalamera como ojos tapados. Tanto rojo tapando castaño como tanto azul tapando negro desteñido. Tanta tú como tan poca tú.

Cuatro rosas y una guitarra.

Estrellas reordenandose sin parar.

No-grande madriguera de inmigrantes.

Bocadillo de grash-crash-grash

Ojos de musgo maderado.

Negro pantano océano.

Química concentrada en redondo, en tabletas de dieciocho, que ayuda a perseguir la inmortalidad.

Espejados ojos frios, testigos de mi ausencia.

Medialunado edificio sevillano con amplias capacidades amplificadoramente musicales.

En su entierro, sepultaron un bolígrafo

Atractiva y relajada mujer de arena.

Haciendo equilibrios sobre una línea imaginaria.

811 años de historia en tu lengua.

Depresiva cornisa suicida.

El globo terráqueo se ha caído, se ha roto y ha puesto el suelo perdido de paralelos, meridianos, letras, agua salada, arena, minipeces, minicorales, miniballenas, minitortugas, minitesoros, minibarcos naufragados...

Entonces, ¿la seca se ha humedecido?

Mentirosos pliegos vendedores de pseudo hogares cuelgan acrobáticos de excelsas rejas.

Una holabuenasnoches de caramelo, acariciando un labrador polar, en el rellano de mi casa.

Hizo noche en su cuerpo.

Hormigas cargando confeti.

Niebla. Musgo en todo el árbol. El Norte está en todas partes.

Una legión de soldados romanos almuerzan, fuman y beben sentados en sillas plegables.

Una flor lacrimosa amarillea los vastos campos de tu mirada atónita.

Chincheta amarilla, hija de la grandisima puta, en un asiento del autobús.

El cuarto movimiento de la Novena Sinfonía con distorsión estalla en tus oídos.

Recuerdo que, en tu nariz, las pecas escriben una L.

Bebé de 14 meses se convierte en Benjamin Button tras pasar una hora metido en la bañera.

Krypton ilumina la habitación con 75 vatios de ecológica blanquipotencia.

Acariciando puercoespines.

Pocho sombrero lluviado.

Y con cada golpe de cadera, pecado de soberbia.

Acorde para manos deformes.

Cajita verde. Arriba reza: "Toallitas de cloroformo". En medio: Un puño con el pulgar alzado. Abajo: "Por fin algo útil".

Pilas de zapatos entre pesas de gimnasio.

2. m. coloq. De negro, pesimista y reparte hostias. Fe no necesaria.

El corazón del músico de jazz hacía vibrar aquel viejo piano.

El Sol le pega fuerte al Reloj de Cuerda. El Reloj de Cuerda le pega fuerte al Digital.

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