Con unas botas sin suela y un sombrero trasnochado, mis ilusiones y yo nos fundimos en una pluma que siempre había estado raquítica.

Diez Guinnes, cuatro Miller, cuatro Carlsberg Export, cuatro días, dos sombreros, una Stella, un cuaderno de notas echando humo y cien canciones de Creendence Clearwater Revival.

Lata volcada de Cocacola. Tierra empapada. Burbujas que estallan contra el asfalto. Esa magia.

Nube de agua. Acero. We're gonna need a bigger boat.

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